Desigualdad y Violencia Social.
Aquí comienzo un análisis -no es una crítica- del libro de Roxana Kreimer que ha titulado “DESIGUALDAD Y VIOLENCIA SOCIAL”
Conozco a Roxana de los “Cafés filosóficos”, reuniones que ella organiza, y a los cuales he concurrido muchas veces. Por eso sé de su seriedad y su vocación por el trabajo: prepara y desarrolla muy bien sus charlas semanales de los viernes y sábados en el barrio de Belgrano.
Coincido mucho con ella por su enfoque práctico de la filosofía como una materia útil para la vida cotidiana, y por la estructura de su pensamiento en cuanto a la manera de pensar, su racionalidad, y sus criterios de “Verdad”. Luego de haber escuchado una charla y visto unos videos sobre este tema creo que tengo puntos de no-coincidencia que me muevean a escribire algo.
Entremos en materia:
Ya el título del libro me hace dudar: ¿Será que quiere significar que la desigualdad es la causa de la violencia social? ¿En qué consiste la “violencia social”. También dice que se basa en la evidencia científica. Con eso agotamos la tapa de su libro. De la contratapa haré sólo algunas observaciones. Por supuesto que lo que no comento es porque coincido.
OPINIÓN SOBRE LA OPINIÓN.
Dice “la opinión es el escalón más bajo del conocimiento” con lo que estoy de acuerdo pero me parece bueno resaltar que hay muy diferentes calidades de opinion. Me refiero a opiniones sobre hechos o actitudes complejas. Por ejemplo: un político famoso
dice algo y luego muchos tratan de interpretar porque lo dijo y que es lo que realmente quiso decir. Creo que no existe un método que nos permita asignar calidades de tales opiniones. O sea, hasta aquí está perfecto decir la frase entrecomillada.
Sí, podría investigarse la calidad de los opinantes. Si en una reunión de café Juan dice: “Las palabras del ministro me hace sospechar que van a devaluar el dólar”. Y Pedro dice “Nooo, el dólar no puede devaluarse por nada antes de las elecciones”. Luego se comprueba que Juan tenía razón.
O sea que una opinión no es suceptible de catalogarse hasta que no sea corroborada por otros hechos. Si podrían los opinantes ser pasibles de catalogarse luego de repetidos aciertos o desaciertos. Hay todo una escala de gente que interpreta los hechos mejor que otros. No creo que en esto haya estudios estadísticos.
Quise decir que si bien coincido con la frase de Roxana hay opiniones mucho más valiosas que otras. Frecuentemente no hay otra forma de evaluar ciertos hechos más que basarnos en opinantes de calidad y conocimientos. O en general en nuestras propias opiniones, porque no hay sellos de calidad de opinadores.
Para ser buenos opinadores creo que se requieren ciertas condiciones:
-Estar muy resuelto a ser objetivo y haberlo practicado mucho.
-Ser un excelente observador de los hechos y de los detalles que no parecen importantes.
-Recolectar la mayor cantidad de datos sobre el hechos.
-Capacidad natural de conectar y correlacionar diversos rasgos aún dispares.
-Ser un practicante habitual de observaciones sobre la temática en cuestión.
-Escuchar mucho las opiniones de terceros.
-Ser muy precabido al emitirlas, usando mucho la palabra “creo”
El problema es que casi todos consideramos buenos opinadores a quienes opinan parecido a nosotros mismos. La mejor forma de reconocerlos es hacer estudios estadísticos de sus aciertos, cosa generalmente fuera de nuestra posibilidad. Siempre es bueno analizar la justificación de la opinión y los datos e indicios que se exponen en la misma. También es importnte razonar sobre las fuentes de la información en que se basan las opiniones.
Con esto solo quise reivindicar la importancia de la opinión. Por supuesto una opinión jamás puede competir en veracidad con estudios estadísticos bien hechos, pero en los casos que tales estudios no existan o no se conocen, las opiniones valen y debemos saber evaluarlas.
Aquí comienzo un análisis -no es una crítica- del libro de Roxana Kreimer que ha titulado “DESIGUALDAD Y VIOLENCIA SOCIAL”
Conozco a Roxana de los “Cafés filosóficos”, reuniones que ella organiza, y a los cuales he concurrido muchas veces. Por eso sé de su seriedad y su vocación por el trabajo: prepara y desarrolla muy bien sus charlas semanales de los viernes y sábados en el barrio de Belgrano.
Coincido mucho con ella por su enfoque práctico de la filosofía como una materia útil para la vida cotidiana, y por la estructura de su pensamiento en cuanto a la manera de pensar, su racionalidad, y sus criterios de “Verdad”. Luego de haber escuchado una charla y visto unos videos sobre este tema creo que tengo puntos de no-coincidencia que me muevean a escribire algo.
Entremos en materia:
Ya el título del libro me hace dudar: ¿Será que quiere significar que la desigualdad es la causa de la violencia social? ¿En qué consiste la “violencia social”. También dice que se basa en la evidencia científica. Con eso agotamos la tapa de su libro. De la contratapa haré sólo algunas observaciones. Por supuesto que lo que no comento es porque coincido.
OPINIÓN SOBRE LA OPINIÓN.
Dice “la opinión es el escalón más bajo del conocimiento” con lo que estoy de acuerdo pero me parece bueno resaltar que hay muy diferentes calidades de opinion. Me refiero a opiniones sobre hechos o actitudes complejas. Por ejemplo: un político famoso
dice algo y luego muchos tratan de interpretar porque lo dijo y que es lo que realmente quiso decir. Creo que no existe un método que nos permita asignar calidades de tales opiniones. O sea, hasta aquí está perfecto decir la frase entrecomillada.
Sí, podría investigarse la calidad de los opinantes. Si en una reunión de café Juan dice: “Las palabras del ministro me hace sospechar que van a devaluar el dólar”. Y Pedro dice “Nooo, el dólar no puede devaluarse por nada antes de las elecciones”. Luego se comprueba que Juan tenía razón.
O sea que una opinión no es suceptible de catalogarse hasta que no sea corroborada por otros hechos. Si podrían los opinantes ser pasibles de catalogarse luego de repetidos aciertos o desaciertos. Hay todo una escala de gente que interpreta los hechos mejor que otros. No creo que en esto haya estudios estadísticos.
Quise decir que si bien coincido con la frase de Roxana hay opiniones mucho más valiosas que otras. Frecuentemente no hay otra forma de evaluar ciertos hechos más que basarnos en opinantes de calidad y conocimientos. O en general en nuestras propias opiniones, porque no hay sellos de calidad de opinadores.
Para ser buenos opinadores creo que se requieren ciertas condiciones:
-Estar muy resuelto a ser objetivo y haberlo practicado mucho.
-Ser un excelente observador de los hechos y de los detalles que no parecen importantes.
-Recolectar la mayor cantidad de datos sobre el hechos.
-Capacidad natural de conectar y correlacionar diversos rasgos aún dispares.
-Ser un practicante habitual de observaciones sobre la temática en cuestión.
-Escuchar mucho las opiniones de terceros.
-Ser muy precabido al emitirlas, usando mucho la palabra “creo”
El problema es que casi todos consideramos buenos opinadores a quienes opinan parecido a nosotros mismos. La mejor forma de reconocerlos es hacer estudios estadísticos de sus aciertos, cosa generalmente fuera de nuestra posibilidad. Siempre es bueno analizar la justificación de la opinión y los datos e indicios que se exponen en la misma. También es importnte razonar sobre las fuentes de la información en que se basan las opiniones.
Con esto solo quise reivindicar la importancia de la opinión. Por supuesto una opinión jamás puede competir en veracidad con estudios estadísticos bien hechos, pero en los casos que tales estudios no existan o no se conocen, las opiniones valen y debemos saber evaluarlas.
Algo que yo pensé sin decirlo es que lo que escribí es solo el comienzo de un análisis. Es mi error frecuente olvidarme que nadie tiene porque adivinar lo que no digo. Disculpas. Como en general hay muchas coincidencias no quise llamerle crítica.
ResponderEliminarEl Libro aun no lo leí, y pienso hacerlo. Pero me tomo la licencia de ir analizando a medida que voy leyendo No le aconsejaría a nadie seguir este método pues siempre es preferible tener una idea global antes de hacer una crítica. Yo lo hago porque no puedo leer mucho tiempo y me gusta mucho más escribir que leer.
El comentario que sigue es de Roxana Kreimer:
ResponderEliminarHoracio: Muchas gracias por interesarte en mi trabajo y, como siempre, por tus generosas palabras sobre mi Café Filosófico. Cada vez que venís tu presencia me alegra y enriquece el encuentro. Comparto con vos la idea de que hay opiniones más atendibles que otras, aunque también compartiremos la idea de que eso no las convierte en verdaderas. El valor diverso no lo adquieren por ser opiniones sino por su evidencia. No basta analizar algo como una opinión para sacar conclusiones. Lo que me sorprende es que anunciás que vas a hacer “un comentario, no una crítica” de mi libro “Desigualdad y violencia social” y abajo lo único que se ve es el comentario de una sóla idea de la contratapa. O sea que lo que comentás no es el libro sino básicamente tu idea sobre el libro, y una sola idea de la contratapa. Agregás que viste un video y oíste una charla. Pero ni el video ni la charla son el libro. Sé que es un libro voluminoso y entiendo que no siempre se dispone de tiempo ni de ganas de leer un libro de 250 páginas, pero lo menos que espero si anunciás que vas a hacer el comentario del libro es que lo hayas leído. Probablemente sea tu intención, porque decís “comienzo un análisis”. Lo que ocurre es que como tu artículo ya fue publicado en internet, sin que ningún análisis del libro aparezca, me desconcertó. Nuevamente de todos modos te agradezco la intención de comentarlo y te envío mi afecto de siempre.
Roxana
PD: Quise publicar esto en el blog pero no me dejó, si pudieras hacerlo vos, agradecida.
Roxana me pidió también que lea todo el libro antes de comentar, cosa que haré. Solo publicaré el siguiente post porque ya lo tengo escrito. De todos modos va a resultar interesante comparar con lo que resulte luego la lectura. Porque me refiero al valor de la opinión en las acciones y proyectos sociales.
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